lunes, 30 de mayo de 2016

Un níspero

y a veces se siente uno roto
como partido, como que se te cae la corteza,
y luego las hojas, y las ramas se tronchan porque ya no tienes fuerza,  
notas como la salvia se te seca y como las raíces se quedan huecas
y así poco a poco… primero es un trocito, un trocito pequeño,
casi sin importancia casi no te das ni cuenta,
sólo porque un sencillo y picaruelo pajarito carpintero se posó,
 y con sus patitas me araño al comerse mis nísperos,
no me importó, me hizo cosquillas también,
También hizo una pequeñísima casita en mi tronco,
con olor a hierba paz y a constante fiesta,
pájaro loco alborotador, sin ganas de ser carpintero,
 me hacía sentir una especie de libertad pues él se encargaba
de polinizar, abonar y regar, y eso pues da paz,
pero no me terminaba de gustar todo ese alboroto sin tregua ni final.
Así de repente un día lo hice marchar y así nos quedamos
Yo con un pequeño raspón y muerta de la risa,
agitadas mis ramas por la sensación y el revoloteo.
y el hizo vida con pico de otro lugar.
otro tiempo llegó y de nuevo algo me daño, está vez fue un gato juguetón
Marrón con el hocico pelirrojo y unas barbas largas como tigre,
Pequeño pero muy juguetón, el si me meció, subió, jugó y correteo entre mis ramas
Me dio mucho amor, ronroneaba todo el tiempo
Mientras rozaba su mínimo hocico contra mi tronco,
Mordisqueaba mis hojas con pasión, no habrá otro gato tan juguetón,
por que al cabo de un rato por no ser yo un nogal o un frutal de alta posición,
me dejo, bajo raudo por mis ramas arañándolas sin compasión, e
se gato bonito Sin un níspero me dejo, pero ni uno, el muy avaricioso
todos se los comió, y yo, sin nísperos y arañada por la pasión
de ese pequeño gato pintón me quede plantada, que si no?
que mas puede hacer un níspero? Espere a que la lluvia me mojara y me lavara
y el tiempo cicatrizara, y volvieron los nísperos a mis ramas
aunque esta vez eran pequeñitos pues ya estaba yo sin ganas.
y así desesperada por tener nueva tierra, nuevas flores y
nueva corteza, hice migas con un enorme abejorro negro
azulado, esos tan hermosos que cuando pasan a tu Lado
crispan los pequeños pelos de mis hojas,
por el color de sus alas azuladas, el zumbido que las acompaña y
ese no sé qué, que da miedo que tienen los abejorros,
y 4 años anidando en mis ya desconchabadas ramas,
anidando en los pliegues de mi corteza,
en los pliegues de las heridas algunas nunca cerradas,
y ahí, ahí, ahí, y no por que le gustaran mis hojas,
y no porque le gustaran mis ramas,
ni el color de Mi selvática copa, no,
es que solo quería guarida,
Pues un cactus cercano le había pinchado,
dejándolo anidar entre sus Afiladas agujas,
que en primavera estaban  ocultas entre enormes flores rojas,
Pero llego el invierno y abejorro se pinchó y así herido vino
A refugiarse entre mis ramas y a devolverme la pinchada,
solo porque desde mi copa se veía lejos El cactus que el tanto amaba y
que tanto le pinchaba.
Y fue tanto lo que anido en mi corteza
Que definitivamente ya casi me quedé sin nada,
Mis hojas, mis ramas, mis flores en primavera,
Desaparecieron por no ser las mas bellas,
Pues mis tropicales colores, verdes apasionados y naranjas vivos
Parecían no valer nada, tras su mirada constante
Hacia esas enormes  y escandalosas flores rojas,
Tuve que echarle con el último brote vivo del otoño,
Ese ultimo, y pequeño brote pudo darle un empujón
tan grande que Fue a parar de Madrid a la playa.
Y asi de nuevo, y ya Sin corteza, sin ramas, apenas un tronco flaco…
pensando que en esa Tierra tan recia me iba a secar,
agarre un viento de mar y allí, al otro lado del gran lago me fui a plantar
Al lado de un nopal, uhi Madre, tan delgado estaba
Mi tronco y tan seco que no pude dar ni una flor
Que enseñarle al nopal,
Tampoco importo, porque el nopal me termino
De secar, chupo toda mi agua para empezar,
Creció tanto con mi agua que no me quedo ningún lugar,
Y me empecé a asfixiar y a secar y sin aire y con miedos sin lugar donde anidar ya.
 y ese nopal Quería más, no iba a parar
parecía querer sorber mi alma de níspero salvaje y tropical,
y transformarlo en algo tan rígido como un nopal,
y yo níspero inconsciente de mi propia nisperad,
pues intenté con mis escuálidas pero impetuosas y sorprendentes  fuerzas
ser Un gran nopal, y que paso? Que yo níspero delicado
muy sensible a los corazones helados, me congelé
así que ya estaba, sin ramas, sin flores, sin hojas, con un
tronco escuálido  y sin corteza y encima ahora congelada.
con el poco agua que me quedaba llore y llore y hermana
agua me oyó, y mando un huracán curioso, fuerte
y bondadoso, me agarro, me trajo de vuelta
Eso sí, no sin zarandeo, no sin recordarme que solo yo soy,
Me trajo de nuevo A mi lado del jardín
al mismo en el que estaba, aún estaba mi hoyo,
Un poco mal trecho sí, pero aún estaba allí, y zas me plante de nuevo
Y yo sola me he abonado, he recortado mis ramas
Este año ha llovido tanto tantísimo  que el agua ha bajado por mí
Tronco como si de té y tomillo se tratara,
Curando mi pobre tronco, mis pobres ramas
Que ya no son pobres, pues tengo brotes y
Hojas, pequeñas hojas verdes llenas de salvia, asoman como el sol de la mañana
Pues ahora luce mi alma y también pequeños capullos rosados que avisan
De ricos manjares, y de dulces noches con olor a jazmín
Y no sé si dejare que algún pajarillo, o abejorro, o gatito pintón vengan a comer de ellos
Y a jugar de nuevo con mis ramas, no sé si solo quiero que la lluvia

Me cale y ese pequeño jazmín que crece cerca de mí me duerma con su nana floral.

Agua Cuevas

martes, 17 de mayo de 2016

MEXICO

me gusta, me gusta mucho
lo echo de menos,
el olor a maíz constante, no sabría decir
a pesar de que hay miles,
de otro olor que sea mas de esa tierra,
como no hay otro sonido que
me recuerde mas a ti que la lluvia,
esa que cuando la ves o la sientes si tienes el atrevimiento
de hacerlo, te deja con los ojos como platos
y una mezcla de algo salvaje creciendo dentro de ti y un poco
de miedo hay que decirlo,
parece que el cielo se cae, pero alli da igual,
en ese mundo siempre a medio terminar,
o en constante crecimiento como te explican
ellos a la pregunta que todo el que mira se hace,
por que nunca acaban las casas?, por que las
hacen de a poquito,
sabiendo donde empieza la familia pero nunca donde acaba.
Y los colores? madre, los colores,
jamás he visto un pueblo que ame
tanto el color, con sus tonos
particulares, rosas amables pegados a
rojos apasionados, azules soñadores y
amarillos vibrantes, morados imposibles,
todos juntos  sin orden ni mesura,
como a mí me gustan los colores
que rebosen en paletas inimaginables,
como rebosan tantas cosas,
comida, por todas partes, interminables
filas de pequeños puestos parecen hechos desde ayer
pero con decenas de años en sus improvisadas paredes
que sirven a cualquier hora de día pero cuidado no de
la noche todo tipo de manjares, guardados en tinajas
de barro 100 veces cocidas, hechas por madres y abuelas.
frijoles, las mil y una noches de frijoles
de mi y una maneras cocinados
nopales, ricos manjares en el comer
 y amargos en a recolección, pero
abundantes, silvestres y de sabor salvaje
maíz, solo di como lo quieres y madres
abuelas hijas y a veces nietas te lo
ofrecerán servido con historias ancestrales
de recetas aprendidas por gusto y por
necesidad, por que ganarse la vida honradamente
es duro, si allí es duro. supongo que como en todos
o mas bien no, yo buscaba el paraiso viniendo
de Europa y lo que aprendí es que no,
sin y con personas no hay paraiso, mexico paraiso e infierno, 
Sitio salvaje de gentes libres y cautivas
Toques de queda silenciosos, pactados,
de madres a hijas,
de saber que cada--- muere una mujer,
de haber visto, sentido, el machismo, ese que no se
ve pero que se nota tanto que se corta con la
afilada mirada de que mira mas allá,
violencia, tan arraigada en sus gentes por tantos años de horror,
 barrios impracticables al transeúnte
pacifico invadidos por almas que sobreviven
viendo abundancia por la ventana y pobreza
al entrar por la puerta, país desigual,
dime tu si no es para cabrearse
verjas, pinchos, vallas electrificadas si,
paraíso Guantánamo en cada esquina de México
donde se cultivan fresas, fresas rezumantes y amapolas blancas
bonita combinación!,
de un olor atrayente pero que al gusto
te dejan con ganas de licuado de fresas en el tianguis
de ahí al lado, fresas brillantes, con discursos de igualdades
y mundos mejores regando sus frutos con sangre velada
de trabajador mano de obra barata, dejando un 
rastro de amapolas que cubren el camino 
que solo hacia La Santa te lleva. 
y asi es ese pueblo, triste, sufrido, alegre, vertiginoso, colorido
libre, oprimido, violento, imaginativo, enigmático,
fantasioso, hogareño, familiar, abierto, curioso,
bondadoso, nuevo y joven pueblo mexicano.

me gustas y me das miedo.