Un níspero
y a veces se siente uno roto
como partido, como que se te cae la
corteza,
y luego las hojas, y las ramas se
tronchan porque ya no tienes fuerza,
notas como la salvia se te seca
y como las raíces se quedan huecas
y así poco a poco… primero es un
trocito, un trocito pequeño,
casi sin importancia casi no te das
ni cuenta,
sólo porque un sencillo y picaruelo
pajarito carpintero se posó,
y con sus patitas me araño al comerse mis
nísperos,
no me importó, me hizo cosquillas
también,
También hizo una pequeñísima casita
en mi tronco,
con olor a hierba paz y a constante
fiesta,
pájaro loco alborotador,
sin ganas de ser carpintero,
me hacía sentir una especie de libertad pues él
se encargaba
de polinizar, abonar y regar, y eso
pues da paz,
pero no me terminaba de gustar todo
ese alboroto sin tregua ni final.
Así de repente un día lo hice marchar
y así nos quedamos
Yo con un pequeño raspón y muerta de
la risa,
agitadas mis ramas por la sensación
y el revoloteo.
y el hizo vida con pico de otro lugar.
otro tiempo llegó y de nuevo algo
me daño, está vez fue un gato juguetón
Marrón con el hocico pelirrojo y
unas barbas largas como tigre,
Pequeño pero muy juguetón, el si me
meció, subió, jugó y correteo entre mis ramas
Me dio mucho amor, ronroneaba todo
el tiempo
Mientras rozaba su mínimo hocico
contra mi tronco,
Mordisqueaba mis hojas con pasión,
no habrá otro gato tan juguetón,
por que al cabo de un rato por no
ser yo un nogal o un frutal de alta posición,
me dejo, bajo raudo por mis ramas arañándolas
sin compasión, e
se gato bonito Sin un níspero me
dejo, pero ni uno, el muy avaricioso
todos se los comió, y yo, sin
nísperos y arañada por la pasión
de ese pequeño gato pintón me quede
plantada, que si no?
que mas puede hacer un níspero?
Espere a que la lluvia me mojara y me lavara
y el tiempo cicatrizara, y volvieron
los nísperos a mis ramas
aunque esta vez eran pequeñitos
pues ya estaba yo sin ganas.
y así desesperada por tener nueva
tierra, nuevas flores y
nueva corteza, hice migas con un
enorme abejorro negro
azulado, esos tan hermosos que
cuando pasan a tu Lado
crispan los pequeños pelos de mis
hojas,
por el color de sus alas azuladas,
el zumbido que las acompaña y
ese no sé qué, que da miedo que
tienen los abejorros,
y 4 años anidando en mis ya
desconchabadas ramas,
anidando en los pliegues de mi
corteza,
en los pliegues de las heridas
algunas nunca cerradas,
y ahí, ahí, ahí, y no por que le
gustaran mis hojas,
y no porque le gustaran mis ramas,
ni el color de Mi selvática copa,
no,
es que solo quería guarida,
Pues un cactus cercano le había
pinchado,
dejándolo anidar entre sus Afiladas
agujas,
que en primavera estaban ocultas entre enormes flores rojas,
Pero llego el invierno y abejorro
se pinchó y así herido vino
A refugiarse entre mis ramas y a
devolverme la pinchada,
solo porque desde mi copa se veía lejos
El cactus que el tanto amaba y
que tanto le pinchaba.
Y fue tanto lo que anido en mi
corteza
Que definitivamente ya casi me
quedé sin nada,
Mis hojas, mis ramas, mis flores en
primavera,
Desaparecieron por no ser las mas
bellas,
Pues mis tropicales colores, verdes
apasionados y naranjas vivos
Parecían no valer nada, tras su
mirada constante
Hacia esas enormes y escandalosas flores rojas,
Tuve que echarle con el último
brote vivo del otoño,
Ese ultimo, y pequeño brote pudo
darle un empujón
tan grande que Fue a parar de Madrid
a la playa.
Y asi de nuevo, y ya Sin corteza,
sin ramas, apenas un tronco flaco…
pensando que en esa Tierra tan
recia me iba a secar,
agarre un viento de mar y allí, al
otro lado del gran lago me fui a plantar
Al lado de un nopal, uhi Madre, tan
delgado estaba
Mi tronco y tan seco que no pude
dar ni una flor
Que enseñarle al nopal,
Tampoco importo, porque el nopal me
termino
De secar, chupo toda mi agua para
empezar,
Creció tanto con mi agua que no me
quedo ningún lugar,
Y me empecé a asfixiar y a secar y
sin aire y con miedos sin lugar donde anidar ya.
y ese nopal Quería más, no iba a parar
parecía querer sorber mi alma de
níspero salvaje y tropical,
y transformarlo en algo tan rígido
como un nopal,
y yo níspero inconsciente de mi
propia nisperad,
pues intenté con mis escuálidas
pero impetuosas y sorprendentes fuerzas
ser Un gran nopal, y que paso? Que
yo níspero delicado
muy sensible a los corazones
helados, me congelé
así que ya estaba, sin ramas, sin
flores, sin hojas, con un
tronco escuálido y sin corteza y encima ahora congelada.
con el poco agua que me quedaba
llore y llore y hermana
agua me oyó, y mando un huracán
curioso, fuerte
y bondadoso, me agarro, me trajo de vuelta
Eso sí, no sin zarandeo, no sin
recordarme que solo yo soy,
Me trajo de nuevo A mi lado del
jardín
al mismo en el que estaba, aún
estaba mi hoyo,
Un poco mal trecho sí, pero aún
estaba allí, y zas me plante de nuevo
Y yo sola me he abonado, he
recortado mis ramas
Este año ha llovido tanto
tantísimo que el agua ha bajado por mí
Tronco como si de té y tomillo se
tratara,
Curando mi pobre tronco, mis pobres
ramas
Que ya no son pobres, pues tengo
brotes y
Hojas, pequeñas hojas verdes llenas
de salvia, asoman como el sol de la mañana
Pues ahora luce mi alma y también
pequeños capullos rosados que avisan
De ricos manjares, y de dulces
noches con olor a jazmín
Y no sé si dejare que algún
pajarillo, o abejorro, o gatito pintón vengan a comer de ellos
Y a jugar de nuevo con mis ramas,
no sé si solo quiero que la lluvia
Me cale y ese pequeño jazmín que
crece cerca de mí me duerma con su nana floral.
Agua Cuevas