Una cawama rota derramándose
Sobre un suelo de más de 100 años
El eco del estruendo aun suena,
Se pasea entre las columnas
A veces coge un viento fuerte y
llega hasta a mí
Y vuelvo a recordar como suenan los
cristales rotos
Y las cadenas sobre la puerta
Para que no te robe los sueños para
que no vea tu alma
Maldiciones bajo la cama por la afrenta
recibida
Justicia pagana, 100 años sin amor
te dije
Prietas petizas con trenzas largas
no apagan tus ganas
Que sean con ojos grandes, da
igual, no vas a perder la calma.
Solo entre mis piernas dormirás
siestas largas
Cuenta las estrellas cada noche
para volver a contarlas mañana
Por tu culpa quemé mi escoba
Ahora tallo una nueva con sangre y
lagrimas
con cada brizna de madera que cae
Hago hoguera del sudor que
derramaba tu espalda.
Agua Cuevas