Hoy quise rezar y no pude
Hoy quise tener esperanza y no pude
Lustitia caída, clavada su espada
sobre mi corazón
Mis manos atadas mi boca cosida
El cántaro roto, derramado el
sentido,
Resbala entre mis dedos,
De rodillas, araño las piedras,
Pero el agua corre entre ellas.
Que más da, el cántaro está roto.